Un trocito de vida
Sobremesa en el sofá nube
Existe una conspiración. Del universo. La autora del libro del que iba a hablar la semana pasada es la misma del libro que me recomendó Mónica Rodríguez cuando desayuné con ella (Me invitó. Café súper bueno. Camarero atractivo. Bailarín. Tostada de aguacate con queso feta. Otro café. Muy bueno, de verdad. Casi me reconcilio con mi antiguo barrio) el día que participé en el Salón del Libro Infantil y Juvenil de Madrid. Y es el libro que se está terminando Lau.
—Me gustaría publicar tu opinión.
—No me da tiempo —responde Lau en el sofá nube.
El sofá nube es como ella llama a la chaise longue. Es la hora de la siesta, ese momento que es, con diferencia, el mejor del día. Después de comer. Entre una y dos horas de lectura, duermevela, conversación. Nuestras piernas enredadas, el sol que entra por la puerta del jardín, pero no calienta lo suficiente. La manta blanca compartida.
—¿Qué te está pareciendo? —insisto.
—A ver cómo termina.
Tiene razón. No puede valorarlo si no ha leído el final.
—¿Qué ha pasado con el niño?
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