Ser de varias maneras al mismo tiempo
Felixa omnipresente y uno de los mejores libros que he leído recientemente
Un trocito de vida
A vueltas con Felixa
Ella lo intenta. Y otra vez. Mientras desayunamos, me gusta dejar las puertas abiertas de par en par para que se ventile la casa. Y ella aprovecha para colarse. Con sus zancadas de ninja, sube la escalera sin hacer ruido, sin apenas tocar el suelo. Lau y yo esperamos uno, dos, tres, cuatro segundos hasta que empieza a maullar. No quiere colarse en la casa; quiere que suba a por ella. Me levanto de la mesa, dejo sola a Lau en el jardín y voy. Felixa está debajo de la cama de invitados, esperando. Me siento, la llamo. Sale y se tumba en mi regazo. La acaricio. No lo puedo evitar. Me hace sonreír. Tenemos un problema, le digo. Ella se gira para que pueda recorrer su cuello por completo. Sabes que a Lau no le gusta que te cueles. Ronronea. Me gusta rascarle con el dedo índice entre las orejas, hacia el entrecejo. Se deja hacer, con los ojos cerrados.
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