Por las mañanas, prefiero el té negro. Un breakfast con marcado sabor a bergamota. Astringente. Es tanto el silencio que dejo de teclear para mirar por la ventana. Te conté que vino un mirlo y se posó en el antepecho. Te conté que lo había escrito y luego lo había eliminado. Hoy no viene ningún mirlo. El cielo azul frío y un sol oblicuo. Lo saboreo. Aun…
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