Hasta aquí hemos llegado
Se acabó Torremolinos. El pasado miércoles impartí mi último taller de escritura para adultos. Han sido siete años en el Centro Cultural Picasso, de la mano de sus bibliotecarias (Noemí y Carmen) y más de veinte desde que empecé en Aula Nosa, allá en A Coruña. Nunca pensé que diría esto: quiero y puedo centrarme en mi escritura. Me ha costado mucho tomar esta decisión porque soy de los que creen que siempre se puede hacer algo más. Por los demás. En Torremolinos, como me sucedió en A Coruña, al abandonar a mis Polisémicos, queda un grupo de personas fantasiosas que espero encuentren la forma de sacar adelante sus historias. Ya no estaré allí, cada miércoles, para ayudarlos.
Continuaré con las tutorías de los lunes, tres proyectos que yo mismo selecciono. Hay una plaza libre. Aquí tienes toda la información. El Taller de Escritura Juvenil, que coordino en la Biblioteca Canovas del Castillo, está confirmado hasta diciembre de 2026, año en el que espero terminar las dos novelas que tengo entre manos y un libro de no ficción que llevo tiempo postergando. Además de visitar un montón de institutos, alguna librería rebelde y todos los Clubs de Lectura que me inviten a pasar un rato en su compañía. Por cierto, si trabajas en un instituto o conoces a algún profesor de los que se lo curran, ya están abiertas las ayudas del Ministerio de Educación para los encuentros con autores. Este año todo el proceso se realiza online. Aquí tienes el enlace.
Por supuesto, estos Artefactos continúan. Se me han ocurrido varias ideas para ampliarlos y, como siempre por estas fechas, me he dicho a mí mismo que voy a darles más difusión. Me aburre el mero hecho de escribir sobre ello. Pero algo tengo que hacer. O no. ¿Se puede mantener el mismo nivel de verdad cuando escribes para 5.000 personas que cuando lo haces para 500? Me da miedo la respuesta. Creo que ser un autor que está fuera del sistema, en la periferia, me otorga una independencia que valoro por encima del dinero, el reconocimiento o el poder. Aunque a veces sienta que estoy gritando en medio del desierto. Y entonces me llega un mensaje de uno de vosotros. O una lectora te dice no sé qué de un libro tuyo. Nunca sabes lo qué ni dónde va resonar por eso hay que tener tanto cuidado con lo que se hace y se dice, sobre todo cuando eres una persona que se jacta de ir consciente por la vida, sin renunciar a la sinceridad. Si hay algo que detesto son ese tipo de autores que parecen tan accesibles, en sus libros, en el trato con los lectores, y que una vez terminado el encuentro no dejan de despotricar. Mi inteligencia emocional es tan reducida que prefiero decir las cosas a la cara. Y no tener que reír la gracia de esa persona tan popular y poderosa, capaz de colocarte en.
Así he llegado hasta aquí. Y, en esto, no creo que cambie. Algo de culpa tienen mis lectores y mucha más mis Suscriptores y Mecenas. Gracias.
Esta semana he recibido la noticia más inesperada: segunda reimpresión de Raúl y la luz azul. Esta novela, que nació pandémica, es una de mis preferidas y yo creía que sería mi primer libro juvenil en ser descatalogado. Su reimpresión me hace albergar alguna esperanza. Creo que en breve toca renovar el contrato. Cruzo los dedos. Lau siempre dice que en la portada debería aparecer el gato. Una curiosidad: está inspirado en Byron, un gato que recogimos de la calle, literalmente. El ilustrador nunca vio una foto de él, sin embargo, le hizo un hermoso retrato.
Suma y sigue: Código 9 es finalista del Premio Los inmortales. En esta edición, la Biblioteca Municipal de Herencia ha decidido seleccionar tres autores que ya habían ganado el premio con anterioridad. Yo lo hice con El coleccionista de besos en 2019 y tengo un recuerdo maravilloso. Estoy deseando volver a ese lugar de La Mancha, donde el jurado son los propios lectores. Sí, ellos.
Voy a aprovechar el parón navideño para hacer un retiro (yo solo conmigo mismo en mi propia casa), centrarme en la novela de los surfistas y los pescadores y leer. Leer. También habrá que correr algunos kilómetros.
Felices fiestas, te deseo un 2026 lleno de salud, amor y buenos libros.


