El mejor producto del mundo
Vimos un documental sobre Faye Dunaway. Faye: entre luces y sombras muestra, como su propio título indica, la parte menos visible de la carrera de una actriz que, a pesar de su belleza y su débil salud mental, consiguió realizar su sueño.
Tengo un propósito para el curso que empieza: no comprar ningún libro hasta que me haya leído (o desterrado) todos los que tengo en casa sin leer. El sábado pasado compré los dos últimos. Prometido.
El precio del amor es la pérdida. Y, sin embargo, amamos de todos modos. A las personas, a los animales, a las cosas. El ser humano es capaz de establecer una relación sentimental con cualquier objeto animado e inanimado. La realidad es que tarde o temprano tendremos que dejar ir a esa persona, ese animal, esa cosa. Y no por eso debemos dejar de amar.
Puedes tener el mejor producto del mundo, pero si no vas a venderlo, no vale nada.
Lo dijo Estee Lauder. Representa todo lo que no quiero en mi vida. Confunde “precio” con “valor”. Si es “el mejor producto del mundo” tendrá un gran valor. Otra cosa muy distinta es lo que la gente pague por ello. Publicidad y marketing se encargan, en la mayoría de los casos, de adulterar los precios.
Sucede lo mismo con algunos libros. Con algunas personas. Si has llegado a la página cincuenta y sigue sin interesarte, déjalo ir.