Como predije, En los márgenes de Juan Diego Botto se ha llevado todos los Premios Goya a los que estaba nominada. Voy a dejar la escritura y montar una agencia de adivinación. Me encanta como suena “agencia de adivinación”. Los oráculos y las pitonisas en esta época neoliberal tienen que reinventarse y posicionarse, mineralizarse y vitaminarse para que los buscadores, inteligencia artificial mediante o no, les sitúen en los primeros resultados de las búsquedas de miles de ciudadanos que, indefensos, contemplan como sube el precio de la cesta de la compra, las facturas de suministros, los alquileres y, por supuesto, las hipotecas. ¿Recuerdas al amabilísimo y querido director de la sucursal donde tenemos contratada la nuestra? ¿Su rostro sincero, su gesto tranquilizador mientras nos decía con una sonrisa “Eso no va a suceder”? A día de hoy, la predicción —¿usarán el tarot los gurús bursátiles?— es que nuestra cuota mensual suba, en la revisión de junio, un 40%. Pero no tenemos que preocuparnos. Es solo una situación transitoria, un requilibrio del sistema, una de esas crisis a las que ya tendríamos que estar acostumbrados donde unas pocas familias perderán su hogar: 100 al día si nos remitimos a la última crisis financiera que hemos vivido (2008-2014), en la que se sitúa En los márgenes de Juan Diego Botto. Un detalle: fueron esas personas, las que retrata Botto en su película, quienes consiguieron eso que ahora llamamos “dación en pago”. Ningún escritorzuelo desde su chalet en Benajarafe habría conseguido que los bancos, además de seguir cobrándote la hipoteca, no se quedaran con tu casa. Pero los bancos no son el enemigo.
Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días
Suscríbete a Artefactos para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.